PRESENTARON DOS LIBROS CONMOVEDORES

Fue un acto, pleno de emotividad y empatía entre las autoras, sus comentaristas y el público, que supo disfrutar cada instante de los relatos aportados por las emigrantes gallegas María García Campelo y Milagros Díaz Martínez, quienes presentaron el pasado miércoles 23 de septiembre sus libros Estuvimos cantando y Últimas miradas antes de partir.

La reunión, que se cumplió en el Salón Arturo Cuadrado, fue encabezada por el director del Museo de la Emigración Gallega en la Argentina (MEGA) y titular de la Federación de Asociaciones Gallegas, Francisco Lores Mascato, quién brindó la bienvenida a los presentes y destacó la decisión de las autoras de presentar su obra en una casa que, desde siempre, ha sido un ámbito de difusión del pensamiento libre y la mirada crítica sobre la realidad de Galicia, su emigración y exilio.

El acto fue encabezado por el director del MEGA, Francisco Lores Mascato

El acto fue encabezado por el director del MEGA, Francisco Lores Mascato

A continuación, tanto Díaz Martínez como García Campelo se explayaron largamente sobre sus diferentes trayectorias vitales, reflejadas en el aspecto autobiográfico de ambas obras, las motivaciones para ponerlas en papel y el proceso a través del cual llegaron a cobrar forma, lo que hasta entonces eran recuerdos inconexos y resguardados en la intimidad de sus vivencias.

Entre ambos testimonios, intervino la escritora María Cristina Ibáñez, quien mencionó que la autora de Últimas miradas antes de partir había publicado ya varios cuentos, relatos y poemas que fueron premiados y/o integran diversas antologías, remarcando también que la novela muestra una interesante composición en dos tiempos distintos.

Milagros Díaz Martínez fue la primera en presentar su obra

Milagros Díaz Martínez fue la primera en presentar su obra

En uno de ellos, la protagonista es la niña Milagros y la vida en su pequeño mundo de su parroquia de Couso, en Gondomar (provincia de Pontevedra). Allí rememora en un tono emotivo y profundo ese universo que le perteneció hasta los ocho años, momento de su partida hacia Buenos Aires, descripto como un paraíso perdido, donde la casa, sus abuelos, la madre, las tierras, el molino, el río, las celebraciones, la escuela y los rituales adquieren significaciones vívidas en la memoria de la protagonista. No obstante, el lector puede percibir que ese universo no es tan paradisíaco como parece, pues lo sobrevuela el espectro del franquismo y de una sociedad por momentos dura con los más pequeños, pero también que es allí donde se forjarán ciertos rasgos de su personalidad  que se mostrarán en su juventud.

Díaz Martínez da cuenta también los motivos políticos que hicieron que fuera encarcelada en diciembre de 1974, cuando todavía no tenía 20 años, por manifestarse contra el gobierno de María Estela Martínez de Perón, y su experiencia como presa en el penal de Devoto. Ese momento, producto de su compromiso militante, coincide con la llegada a Buenos Aires de sus abuelos maternos. La narración adquiere entonces el formato de un diario, donde se asientan las visitas, las compañeras y la fajina, las noticias y la espera de la libertad, las motivaciones políticas, entre otros temas.

El público se emocionó con los relatos de las autoras

El público se emocionó con los relatos de las autoras

La tercera parte del libro es la que se ocupa del regreso a Couso, el reencuentro con aquel pasado que ya ha dejado de ser paraíso. Los abuelos han muerto, el molino está destruido, del río sólo ha quedado un hilo de su cauce, el campo está lleno de pastizales y la casa está a la venta. Todos estos cambios, las sucesivas partidas (de Galicia a Buenos Aires, de la cárcel a la libertad, de Buenos Aires a su Couso natal), permitirán a la protagonista ahondar, con autenticidad y rigor narrativo, sobre sus ideas acerca de los vínculos familiares, la militancia, el compromiso y la libertad.

A su turno, García Campelo mencionó los diferentes avatares que tuvo que atravesar para poder plasmar en un libro su valioso testimonio. Acerca de este texto, la escritora Laura Massolo brindó su opinión sobre una obra en la que (como la misma autora reconoció) ella misma tuvo una notable incidencia.

García Campelo contó los pormenores de su obra

García Campelo contó los pormenores de su obra

Mientras vivió en Galicia, aquella niña María miró con naturalidad aún aquello que no era capaz de comprender, ignoró el significado de algunas palabras, acató el mandato de callar y anular los interrogantes, se enfrentó con la extrañeza y con el secreto, con lo escondido y con los escondites, descubrió verdades y penetró misterios. En Estuvimos cantando, García Campelo realizó la prodigiosa labor de restaurar la memoria, indicó Massolo.

A partir de un recuerdo que, accidentalmente, se enredó en un poema, volvieron a aparecer las imágenes, los escenarios, los nombres. Entonces se manifestó, plena, una infancia que podría haber quedado relegada al olvido si la sensibilidad del lenguaje no fuera capaz de arrojar luz sobre cualquier sombra. Todo lo que podría haberse borroneado cobró el resplandor de una prosa clara y bella a la que regresan los sabores, las canciones, el murmullo cotidiano, las voces amadas, los miedos, el juego, la risa.

Desde la perspectiva de Massolo, al pensar que aquella niña y la autora de hoy son una misma primera persona, la simultaneidad se plantea como puentes sobre el tiempo, el océano, la conciencia: allá, la niña proponía cuestionamientos sin solución; aquí, hoy, la autora revela el orden de lo rememorado ante su propio asombro. Fragmentos que se fueron descolgando, narración a narración, capítulo a capítulo, semana a semana, hasta conformar la solidez de una obra con fuerte contenido poético y emotivo. Lo incomprendido ayer es hoy la certeza de que los hechos fueron reales y es, también, la inevitable contundencia de una historia cierta y dolorosa. Lo que leemos hoy, concluye, es, sin duda, el más bello pasaje a la inocencia.

Farías remarcó que son dos libros tan entretenidos como notables

Farías remarcó que son dos libros tan entretenidos como notables

Por su parte, el responsable del Área de Investigación del MEGA, Dr. Ruy Farías, hizo una interpretación personal sobre el valor historiográfico de ambos trabajos. Resaltó cómo este tipo de libros encarnan un notable aporte para todos los que, desde la Historia Social, la Antropología o la Sociología, desean penetrar el universo mental de los protagonistas de vastos procesos humanos. Aunque situadas dentro del terreno de la ficción, estas formas de historias de vida ayudan a comprender la complejidad de fenómenos consustanciales con la Historia Contemporánea de Galicia, como la represión de la posguerra civil española, la migración o el exilio. Son un instrumento fundamental para la comprensión del mundo interno de esas personas pues, como señalara en su día Dora Schwarzstein, nos dicen no sólo lo que la gente hizo, sino también lo que deseaba hacer, lo que creían estar haciendo y lo que ahora, quizás a décadas de aquellos acontecimientos, piensan que hicieron.

Así, ambos textos hacen posible reconstruir una infinidad de elementos de la realidad gallega durante las décadas de 1940-1950 y de comienzos de la de 1960. Ellos abordan los orígenes sociales de las familias de las autoras, que pertenecen a sectores populares semi-rurales relativamente acomodados (o al menos no tan desfavorecidos), de Cambre (provincia de A Coruña) y Gondomar. Las características de un mundo aún predominantemente campesino y tradicional: en lo económico, la realidad de una economía de subsistencia, el “estraperlo”, la ostentación de los que pueden consumir, el “lujo” de un pan de trigo… Las dificultades de ser una niña en un tiempo y lugar en el que la autoridad de los mayores era indiscutida, y subsistían los castigos físicos en la escuela. La situación de la mujer, donde ésta no tiene en presencia del hombre un rol igualitario, pero en la que -con o sin un varón al lado- se ocupa de todo, tanto dentro como fuera del hogar.

Milagros Díaz Martínez firmó varios ejemplares al término del acto

Milagros Díaz Martínez firmó varios ejemplares al término del acto

La religiosidad, también más evidente en el caso femenino que en el masculino; las costumbres ancestrales (como el luto riguroso), pero también el importante rol de las abuelas y las tías en la crianza de los más pequeños. La diglosia propia del país, visible en la infravaloración de la lengua gallega cuando se va a la escuela o a la ciudad. La subsistencia de las escolas de ferrado, dirigidas por maestros no titulados, donde la instrucción mínima se combina con la religión y, para las niñas, el aprender las “labores propias de su sexo” (como saber bordar). El papel de las fiestas y romerías como espacios para el esparcimiento.

El “clima” de la posguerra civil española, muestra una sociedad dividida en dos bandos claramente reconocibles, con vencedores y vencidos, una sociedad donde también existen represión y soplones y que, consecuentemente, se patrulla a sí misma (¿cuánto habrá influido esta experiencia en el rechazo casi patológico que en ambos libros puede verse en los adultos, futuros emigrantes ,por todo lo que tenga que ver con la “política”?), y en la que el mismo sacerdote no duda en intentar obtener información aún a través de la confesión de los niños. Pero también la resistencia pasiva de quienes escuchan las radios prohibidas, se interroga Farías.

María García Campelo tuvo que escribir varias dedicatorias esa noche

María García Campelo tuvo que escribir varias dedicatorias esa noche

Una sociedad que naturalizó el hecho migratorio, con sus ausencias prolongadas, y sus “viudas de vivos”, producto de aquellos que no sólo no volvían sino que abandonaban definitivamente a su familia en Galicia; las redes sociales tendidas con la Argentina, que posibilitan el traslado de las personas, el “efecto contagio” de las “cartas de América”. La partida (con sus desgarros), el viaje (para muchos una especie de impasse antes de empezar de cero en la nueva tierra), la llegada y el reencuentro con los seres más queridos y otros familiares o paisanos.

La adaptación y la vida en la Argentina: el ser gallego entre criollos; dónde vivir; el trabajo; las nuevas relaciones sociales; las diferentes formas de mantener una identidad gallega que, al mismo tiempo, se ve sometida a un proceso de inevitable hibridación y “criollización”; las diferentes actitudes generacionales ante la política, entre otras cuestiones se pueden percibir a través de la lectura de estas obras.

Las autoras posan con el equipo periodístico de la Televisión de Galicia que las entrevistó

Las escritoras posan con el equipo periodístico de la Televisión de Galicia que las entrevistó

Todo ello nos ilustra, en opinión del historiador Farías, de cómo la inmigración no dejó de tener, en tanto hecho colectivo, efectos benéficos, tanto para la sociedad de partida como para la de acogida. Pero también como individualmente pudo ser también un drama, un trauma, y el objeto de un constante pensar y repensar, volcado hoy en las páginas de estos dos libros tan entretenidos como notables.

Cabe señalar que a raíz de lo interesante que resultan los libros, ambas escritoras fueron previamente entrevistadas por el equipo periodístico de la Televisión de Galicia que cubre los acontecimientos que se producen en la Argentina. La periodista Cristina Terceiro Guimarey junto a la camarógrafa María Arce, elaboraron un cálido informe que fue divulgado el pasado domingo 27 de septiembre en la edición del mediodía del Telexornal.

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